Disposición final
Los medicamentos son sustancias químicas que son consideradas contaminantes peligrosos, razón por la cual, una vez han cumplido su ciclo de vida útil, es decir se vencieron o el paciente en casa ya no los necesita más, deben sufrir un proceso de destrucción que asegure que no van a contaminar las fuentes de agua ni el medio ambiente, ni van a ser empleados de forma fraudulenta. Este proceso se conoce como disposición final de los medicamentos.
Los servicios farmacéuticos tanto ambulatorios como hospitalarios deben tener un proceso establecido para la segregación en la fuente, recolección, almacenamiento y disposición final de los mismos. Dicho proceso debe cumplir con los lineamientos del manual y su cumplimiento es vigilado por la Secretaria de Salud y el INVIMA.
El manejo ambulatorio de los medicamentos por parte del paciente es diferente, cuando un paciente termina un tratamiento y le sobran medicamentos o cuando es suspendido en muchos casos el paciente o sus cuidadores no saben qué hacer con estos sobrantes. Esto se convierte en un gran riesgo por las siguientes razones:
- Están vencidos, el paciente ya no los requiere, están averiados y ya no son aptos para el consumo humano.
- Pueden generar confusión y originar un error de medicación (es decir que el paciente los tome por equivocación sin necesitarlos).
- Están disponibles para que sean consumidos accidentalmente, por niños, causando una intoxicación.
- Pueden ser utilizados para automedicarse erróneamente.
- Al desecharlos en la basura de la casa pueden ser utilizados de manera fraudulenta e ilícita, por ejemplo ser empleados en la falsificación de medicamentos.
Para dar solución a esta problemática surgió el programa “Punto Azul” de la ANDI. En puntos ubicados en droguerías y supermercados se pueden depositar los medicamentos vencidos, parcialmente consumidos o almacenados de manera inadecuada; posteriormente estos son recolectados por un operador certificado para el transporte y destrucción final (incineración) de estos productos .