Adherencia a tratamientos
Una vez la decisión terapéutica se ha tomado, el paso siguiente es asegurar que el paciente se adhiera a la terapia para lograr los resultados terapéuticos esperados. Entre los aspectos que influyen en la garantía de la adherencia se encuentran:
- Acceso eficiente a los medicamentos.
- Entendimiento en el propósito de la terapia por parte del paciente y su cuidador.
- Percepción del paciente de la falta de eficacia del tratamiento.
- El paciente experimenta efectos adversos reales o percibidos.
- La percepción del paciente en cuanto al balance riesgo/beneficio es diferente a la percepción que tiene el prescriptor.
- Las instrucciones para la administración del medicamento no son claras.
- Dificultades físicas para la toma del medicamento: dificultades en la deglución, en el manejo de formas farmacéuticas muy pequeñas, en la apertura de los frascos o en el fraccionamiento de las formas farmacéuticas para cumplir con la dosis prescrita, entre otras.
- Formulación poco atractiva: olor y/o sabor desagradable, apariencia poco atractiva, entre otros.
- Régimen terapéutico complicado: pacientes polimedicados cuya terapia incluye fármacos con administraciones frecuentes (por ejemplo cada 6 horas) o medicamentos que requieren condiciones especiales de administración para asegurar su efectividad (por ejemplo: estómago vacío, de acuerdo con el ciclo circadiano etc.).
Paciente y el prescriptor deben estar de acuerdo en las metas de salud que desea el paciente y la forma más adecuada de alcanzarlas, por ello es importante dedicar el tiempo suficiente por parte del equipo de salud para que el paciente y su cuidador entiendan y asimilen los beneficios del tratamiento y sus posibles efectos adversos. Es fundamental tanto el papel del prescriptor, como del farmacéutico a fin de cerrar el ciclo y asegurar que el paciente cumpla con el tratamiento.
Los profesionales involucrados en el proceso de prescripción y administración de medicamentos (medico, odontólogo, farmacéutico, enfermera etc.) deben siempre escuchar, tener en cuenta y respetar lo que el paciente tiene por decir con respecto al tratamiento y esto es particularmente importante durante el seguimiento al mismo cuando esté ya este instaurado. Así mismo, se deben respetar sus creencias religiosas, culturales y las propias, al imponer un tratamiento en contra de estas se pone en riesgo la adherencia y alcanzar la meta de salud propuesta.