Abuso de alcohol

El abuso de alcohol se caracterizada por la búsqueda y uso compulsivo de alcohol a pesar de sus efectos nocivos, el desarrollo de un estado fisiológico alterado (abstinencia) luego de la disminución significativa o suspensión de la ingesta de alcohol, y la aparición de sesgos cognitivos y comportamentales asociados. La OMS lo define un trastorno crónico, caracterizado por la ingesta de bebidas alcohólicas en una cantidad que interfiere con la salud y el funcionamiento social y económico del individuo (1).

Los trastornos relacionados con el alcohol tienden a ser crónicos, favorecen el ausentismo escolar y laboral, afectan el funcionamiento familiar, económico y social de los individuos que lo padecen, se relacionan con varias enfermedades médicas graves, tienen una alta comorbilidad con otros trastornos mentales y aumentan el riesgo de sufrir accidentes de tránsito (1). 
Nadie sabe qué causa los problemas con el alcohol. Los expertos en salud creen que en una persona puede ser una combinación de (2): 
  • Los genes.
  • El medio ambiente.
  • La psicología, como ser impulsivo o tener baja autoestima.
La posibilidad de sufrir trastornos por abuso de alcohol es mayor en personas con antecedentes de enfermedad mental, dependencia de nicotina activa o en remisión, conflictos en la infancia con las personas que los criaron, comorbilidad física y experiencias emocionalmente perturbadoras (1).
Los objetivos del tratamiento del abuso de alcohol van encaminados a: 
  • Disminuir la incidencia de complicaciones y los costos en salud (1).
  • Reducir la cantidad de ingesta de alcohol o suspender completamente su consumo (2). 
  • Apoyo a largo plazo.
  • Se recomienda como primera línea de elección para el tratamiento del abuso o dependencia del alcohol, las intervenciones no farmacológicas o de características psicoterapéuticas para generar cambios en el patrón de consumo y prevenir recaídas (1). 
  • Se deben considerar las siguientes intervenciones farmacológicas para prevenir recaídas en pacientes con dependencia del alcohol después de lograr abstinencia. Una vez sea identificado un paciente con dependencia del alcohol en cualquier escenario de atención, garantice la remisión al especialista para manejo (1): 
    • Para las personas con dependencia del alcohol, puede considerarse la administración de naltrexona o acamprosato por vía oral, en combinación con terapias psicoterapéuticas o psicosociales (terapias individuales, grupales o de pareja) enfocadas específicamente en los problemas relacionados con el consumo de alcohol. 
    • Como segunda línea de tratamiento farmacológico puede considerarse el uso de disulfiram en pacientes con contraindicaciones para el manejo con naltrexona o acamprosato.
  • No se recomienda el uso rutinario de benzodiacepinas para el tratamiento, únicamente para la asistencia de la abstinencia programada o no programada. Solo utilizar antidepresivos y/o anticonvulsivantes cuando existan comorbilidades que lo ameriten (1).