El abuso de alcohol se caracterizada por la búsqueda y uso compulsivo de alcohol a pesar de sus efectos nocivos, el desarrollo de un estado fisiológico alterado (abstinencia) luego de la disminución significativa o suspensión de la ingesta de alcohol, y la aparición de sesgos cognitivos y comportamentales asociados. La OMS lo define un trastorno crónico, caracterizado por la ingesta de bebidas alcohólicas en una cantidad que interfiere con la salud y el funcionamiento social y económico del individuo (1).
Los trastornos
relacionados con el alcohol tienden a ser crónicos, favorecen el ausentismo escolar y laboral, afectan el
funcionamiento familiar, económico y social de los individuos que lo padecen, se relacionan con
varias enfermedades médicas graves, tienen una alta comorbilidad con otros trastornos mentales y
aumentan el riesgo de sufrir accidentes de tránsito (1).