Artritis reumatoide crónica

La Artritis Reumatoide es una enfermedad articular autoinmune, inflamatoria y crónica. La artritis reumatoide es una enfermedad que afecta las articulaciones o coyunturas. Causa dolor, hinchazón y rigidez. Esta enfermedad ocurre a menudo en más de una articulación y puede afectar cualquiera de las articulaciones. Con frecuencia compromete otros órganos distintos a las articulaciones y genera altos índices de incapacidad y ausentismo laboral. Para su diagnóstico requiere de un conjunto de criterios clínicos y no existe un marcador específico (1,4).
  • Se han identificado factores endocrinos, ambientales y genéticos involucrados en su desarrollo, los cuales pueden variar de una población a otra. 
  • Afecta a todas las razas y ha sido descrita en grupos de poblaciones de todo el mundo.
  • La artritis reumatoide se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en la mediana edad. 
  • Las mujeres tienen artritis reumatoide con mayor frecuencia que los hombres.
El objetivo de tratamiento se enfoca en: 
  • Controlar del dolor.
  • Reducir la inflamación. 
  • Reducir o detener el daño a la articulación.
  • Disminución de los síntomas para mejorar la calidad de vida.
  • Disminución de la progresión de la enfermedad. 
De esta manera se desea mejorar la funcionalidad y la disminución del daño articular, así como en la discapacidad física (1).
  • En la mayoría de los casos, la artritis reumatoide requiere tratamiento por largo tiempo. El tratamiento incluye medicinas, fisioterapia, ejercicio, educación y posiblemente cirugía
  • El manejo de la artritis reumatoide se basa en cuatro tipos de tratamiento (2,3):
    • Tratamiento sintomático con analgésicos y AINEs.
    • Corticosteroides
      • Permiten obtener el control de la actividad de la enfermedad pero tienen un efecto limitado en la progresión de la misma. Debido a sus efectos adversos, la administración crónica se debe evitar siempre que sea posible.
    • Tratamiento clásico con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad o DMARDs
      • Los fármacos inductores de remisión más usados son:
        • El metotrexato
          • Es el DMARD de primera elección para tratar la artritis reumatoide y es el fármaco base en casi todas las combinaciones terapéuticas. Su uso retrasa la progresión radiográfica de la enfermedad. Su eficacia es la mejor evaluada en la poliartritis reumatoide y en casos de psoriasis grave.
          • El metotrexato a dosis bajas (7,5 a 25 mg por semana por vía oral, subcutánea o intramuscular) es la primera opción en el tratamiento de la artritis reumatoide. Se debe asociar con ácido fólico o folinato de calcio (5 a 10 mg una vez a la semana, al menos 24 horas después de tomar metotrexato, o 1 mg por día) para limitar los efectos secundarios del metotrexato.
        • Sulfasalazina
          • La sulfasalazina ha demostrado disminuir la progresión radiográfica de la enfermedad. 
        • Cloroquina hidroxicloroquina
          • Se utilizan (solas o en combinación con metotrexato) en el tratamiento de la artritis, el lupus eritematoso sistémico y algunas veces en otras enfermedades sistémicas. Para la terapia de mantenimiento se prefiere la hidroxicloroquina (sobre la cloroquina) debido a su menor toxicidad ocular.
          • No se ha demostrado que la hidroxicloroquina retrase la progresión radiográfica de la enfermedad. Debido a ello, en la práctica clínica, se utiliza para tratar la enfermedad benigna incipiente o como terapia coadyuvante a otros DMARDs
        • Leflunomida
          • Debido a sus efectos secundarios potencialmente graves, la leflunomida se utiliza con mayor frecuencia en la artritis reumatoide y la artritis psoriásica en caso de fallo del metotrexato. El efecto terapéutico de la leflunomida por lo general comienza después de 4 a 6 semanas, y puede aumentar durante 4 a 6 meses.
    • Tratamiento con agentes biológicos
      • Los siguientes agentes biológicos se inician cuando los DMARDs convencionales no proporcionan una mejoría suficiente:
  • La minociclina, las sales de oro, la penicilamina, la azatioprina y la Ciclosporina se han utilizado en el tratamiento de la artritis reumatoide. Sin embargo, debido a su eficacia inconstante y su perfil de seguridad, hoy en día se han ido reemplazando por agentes más eficaces y seguros.
  • El uso en colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn está reservado para pacientes que no responden a la primera línea de tratamiento que incluya corticoide más inmunomodulador más soporte nutricional.
  • El uso de estos medicamentos en colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn se debe hacer en combinación con terapia inmunosupresora.
  1. Ministerio de Salud y Protección Social – Colciencias. Guía de Práctica Clínica para la Detección Temprana, Diagnóstico y Tratamiento de la Artritis Reumatoide. Bogotá – Colombia 2014. Minsalud Bogotá, 2014.

  2. Centre Belge d’Information Pharmacothérapeutique (C.B.I.P.) [Internet]. [cited 2015 Aug 27]. Available from: http://www.cbip.be/.

  3. Longo, L. D. Harrison: principios de medicina interna (18a. ed.) [Internet]. McGraw Hill Mexico, 1; 3612 [cited 2015 Sep 7]. 3612 p. Available from: https://books.google.com/books?id=PiMnCgAAQBAJ amp;pgis=1.

  4. National Institutes of Health - NIH. Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueleticas y de la Piel. Artritis Reumatoide. Bethesda. 2014. Disponible en: https://www.niams.nih.gov/Portal_En_Espanol/Informacion_de_Salud/Artritis/rheumatoid_artritis_ff_espanol.asp