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- El uso de metadona en esta población es exclusivo para el tratamiento de la adicción a la heroína.
- No se ha observado un aumento en la incidencia de defectos congénitos asociados a su uso. Sin embargo, dado que este tipo de pacientes consumen una amplia variedad de sustancias, no es posible separar completamente los efectos que pueden estar asociados a la metadona y/o a otras sustancias.
- Los principales problemas relacionados con el uso de este medicamento en esta población son el síndrome de abstinencia neonatal y el bajo peso al nacer.
- Las mujeres embarazadas en programas de mantenimiento con metadona pueden tener una incidencia reducida de complicaciones obstétricas, fetales y morbimortalidad neonatal en comparación con las mujeres que usan drogas ilícitas.
- La adicción a opiáceos no tratada en el embarazo se asocia con resultados obstétricos adversos y riesgo de uso de opiáceos ilícitos continuado o recurrente. Estos riesgos deben considerarse en las mujeres tratadas con metadona para el tratamiento de mantenimiento de la adicción a los opioides (3).
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- Los beneficios de salud y desarrollo de la lactancia materna deben considerarse junto con la necesidad clínica de la madre de metadona y cualquier posible efecto adverso sobre el niño amamantado.
- Se debe aconsejar a las mujeres que están amamantando y que toman metadona que vigilen al bebé para detectar somnolencia y dificultad para respirar (3).
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- La farmacocinética de metadona no se ha evaluado exhaustivamente en pacientes con insuficiencia hepática.
- La metadona se metaboliza por vía hepática; por lo tanto, los pacientes de esta población pueden estar en riesgo de una mayor exposición sistémica después de una dosis múltiple (1,2).
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- La farmacocinética de metadona no se ha evaluado exhaustivamente en pacientes con insuficiencia renal.
- Debido a que la metadona no metabolizada y sus metabolitos se excretan en la orina en un grado variable, se recomienda iniciar la terapia en dosis más bajas y con intervalos de dosificación más largos (1).
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Fármaco – Fármaco: - Evitar el uso concomitante con artemeter, lumefrantina, quinina, tioridazina.
- Los inhibidores de monoaminooxidasa (IMAOs) se deben suspender por lo menos 14 días antes de iniciar tratamiento con opioides. Su uso concomitante está contraindicado.
- Los efectos depresores del sistema nervioso central (SNC) son potenciados por otros depresores como: alcohol, anestésicos, ansiolíticos, hipnóticos, antidepresivos tricíclicos y antipsicóticos.
- La metadona aumenta el efecto de: alcohol, depresores del SNC, desmopresina, tamoxifén, diuréticos tiazídicos, tioridazina y zidovudina.
- El efecto de la metadona es aumentado por: alfuzosina, anfetaminas, derivados azólicos, ciprofloxacina, interferón, IMAOs, antipsicóticos y succinilcolina.
- La metadona disminuye el efecto de la codeína, didanosina y tramadol.
- El efecto de la metadona es disminuido por: agonistas/antagonistas mixtos de los opioides, barbitúricos, carbamazepina, fenitoína, inhibidores de proteasa, inhibidores no nucleótidos de la transcriptasa reversa, rifampicina (4).
Fármaco – Alimento: - No hay interacciones reportadas.
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- Los estudios clínicos de la metadona no incluyeron un número suficiente de sujetos de 65 años o más para determinar si responden de manera diferente en comparación con los sujetos más jóvenes.
- Otra experiencia clínica reportada no ha identificado diferencias en las respuestas entre los pacientes ancianos y los más jóvenes.
- Los pacientes de edad avanzada (65 años o más) pueden tener una mayor sensibilidad a la metadona.
- En general, se debe tener precaución cuando se use en un paciente anciano, reflejando la mayor frecuencia de disminución de la función hepática, renal o cardíaca, de enfermedad concomitante u otra terapia farmacológica (1,2).
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